Dos meses después de contactar por primera vez con el
Mocito feliz e iniciar la marcha en este docudrama y pasada una semana desde la
publicación de nuestro trabajo en Youtube (abajo), con más de 1.800 visitas hasta la fecha. Os escribo de parte de todo el grupo en Perdidos en la UMA para que veáis
no sólo nuestro docudrama, aquellos que no lo hayáis hecho ya, sino también
para hacer memoria de esta experiencia tan dura pero a la vez tan enriquecedora, a nivel personal y profesional.
POS-PRODUCCIÓN
PRE-PRODUCCIÓN
Nos encontramos con un esquema base y un par de problemas
que ponían en jaque nuestro trabajo. Por un lado, el esquema a seguir parecía
sencillo (presentación del personaje, presentación del tema, así como mostrar su afición particular,
su día a día, alguna que otra anécdota y una reflexión de futuro).
Hasta ahí bien. Los problemas vinieron precisamente de esa estructura y las
características “profesionales” de Enrique. Os cuento. El género docudrama se
puede aplicar a cualquier persona, sea conocida o no, siempre y cuando se
muestre por un lado la faceta profesional y una afición particular, por otro, del
personaje en cuestión (Ej: Pepe es funcionario de prisiones y en sus ratos
libres juega al tenis). Pero, en el caso del Mocito ¿ser “chupacámara” era su
afición o su profesión? Si Enrique trabajaba en algo y tenía como hobby dar regalos
a los famosos a las puerta de los juzgados, no había problema, pero si se ganaba
la vida saliendo en TV detrás de los famosos, no podríamos seguir ese esquema
porque nos faltaría su afición (y no pensábamos que Enrique jugase al padel,
precisamente). Quedaba poco tiempo, ya habíamos hablado con Enrique y estaba
muy ilusionado, pero él tampoco nos lo dejaba claro, así que decidimos seguir
la marcha esperando conocer la respuesta sobre algo que mucha gente se pregunta
cuando lo ve, ¿cómo se gana la vida Enrique?
PRODUCCIÓN
Aprendimos mucho y nos lo pasamos genial, conocimos el despliegue
de medios en un acontecimiento público en los juzgados de Málaga y pudimos
tratar con reporteros de diferentes medios como los que aparecen en nuestro
trabajo, con profesionales que no comprendían la labor del Mocito y otros que lo admiraban
profundamente. Mientras tanto nosotros seguíamos intrigados ¿ganaba algo él por hacer eso? (Si queréis saber más de este día pinchad aquí o aquí).
Día de su entrevista en casa
Día de su entrevista en casa
Conocimos la parte más cómica de Enrique con sus popurrís
variados, sus chistes y sus anécdotas, pero sobre todo conocimos su lado más
íntimo, llegó incluso a confesarnos que tenía una minusvalía sin necesidad de
preguntarle y con ello sin pretenderlo salimos de dudas ¡nuestros problemas de base se solucionaron! Esto hizo que descubríesemos al Enrique detrás (que no tras) las cámaras y a Conchi, su madre, que nos abrió las puerta de su casa encantada y nos brindó la
oportunidad de saber aún más de su hijo. Sin duda, una persona admirable, sin la que nuestro trabajo no sería igual.
Día en el centro de Málaga
Cada día con Enrique es un mundo. El mocito es un
fenómeno social y ese día lo comprobamos nosotros mismos, sólo bastó situarnos
cerca de la claqueta gigante con motivo
del festival de cine de Málaga de la plaza de la Constitución, para que Enrique montara un auténtico show con
sus admiradores. Nos reímos mucho y descubrimos qué opinan los malagueños del
Mocito, para algunos Enrique había inventado una profesión nueva, para otros era un personaje entrañable y otros se quejaban y querían que se dedicase a otra cosa. Una vez entrada la noche fuimos a un pub (“Machín”)
y prosiguió la fiesta con el Mocito, nos cantó sus popurrís (de nuevo), le entrevistamos y
le preguntamos por los famosos a los que seguía, ¡incluso por Ángela Merkel! (Sí,
así de aleatorio), aunque no sabía quién era la canciller alemana nos confesó que le gustaría salir
detrás de otro mandatario, del El Papa. Lástima que todos esos momentos nos lo hayamos podido incluir para no desviarnos del tema,
¡quizás algún día os lo enseñamos! Más aquí.
POS-PRODUCCIÓN
Tratar con Enrique no fue tarea fácil y muchas veces
teníamos que saber encaminar muy bien las entrevistas,
pero pese a eso conocimos la parte cariñosa y entrañable de Enrique. Todo ello,
no fue nada comparado con la tarea de posproducción en la que nos encontramos con muchísimas horas de grabación y muy pocos minutos para sintetizarlo todo.
Pasamos dos semanas, día y tarde sin parar, para ordenar, cortar y sincronizar audios de
cada uno de los días de grabación. Sin embargo, después de esta maniobra pesada, en tan sólo dos días lo
teníamos todo montado. La tarea complicada fue conocer cuáles iban a ser los cortes exactos
que guiaran nuestra narración, seleccionar qué imágenes se adecuaban más a las selecciones finales y organizar cómo iba a aparecer todo, un verdadero trabajo de chinos con tanto material, pero se nos hizo muy ameno tratándose de editar al Mocito.
En definitiva, no ha sido tarea fácil, pero el esfuerzo
ha merecido la pena. Hemos conocido a un personaje, un fenómeno social, a
nivel personal que nos ha servido también para darnos a conocer gracias a
nuestro trabajo a través, por ejemplo, de la llamada inesperada de
Onda Azul Radio. Sin más, abajo os dejo con la entrevista donde descubriréis muchas cosas de nuestro proyecto. Mientras tanto nosotros seguiremos pensando en proyectos nuevos, dentro o fuera de la
Universidad, que poco a poco nos vayan auto-configurando como profesionales,
porque en definitiva, en nuestra profesión, lejos de ser universitarios sin más, somos autodidactas y deseamos seguir arrebatando experiencias como
esta. Cada vez más, y mejores.
(En los estudios de Onda Azul con los locutores Celia Bermejo, arriba izda., y Antonio Ismael, abajo izda.)
@Kalimero2
Acabo de enterarme de que Victor es en realidad Antonio Ismael, LOL xD
ResponderEliminarLa cosa es cambiarme el nombre. En Narración era Víctor Rodríguez Ramos, en Narrativa soy Antonio Ismael.
ResponderEliminarAhora lo rectifico xD